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Lisboa: más allá de lo típicamente habitual

El barrio de Alfama, la catedral de Lisboa o La Sé, la Torre de Belém o el Monumento de los Descubrimientos. Todos ellos son enclaves de gran valor artístico y cultural, no cabe duda, de Lisboa. Sin embargo, la capital de Portugal, una de las ciudades más antiguas de Europa, esconde lugares que, aunque la hayas visitado con frecuencia, quizá se hayan escapado a tus itinerarios más detallados. Y es que la „villa de las colinas imposibles“ está repleta de rincones no tan populares que te conquistarán.

La historia de esta ciudad – que fue devastada en 1755 por uno de los mayores terremotos que se recuerdan y casi completamente reconstruida con la excepción del barrio de Alfama -, el único que quedó en pie, está directamente relacionada con el Atlántico y con el agua en general. De hecho, los miradores situados en las riberas del río Tajo son muy visitados. Lo que muchos viajeros no saben es que, en pleno valle de Alcántara, hay un espectacular acueducto formado por 35 arcos de 65 metros de altura. Se llama el Acueducto de las Aguas Libres, data del siglo XVIII y sigue suministrando agua a la población.

Prueba de ello es su enorme red de vías subterráneas. Las más famosas y espectaculares son las Catacumbas Romanas de la Rua da Prata que, lamentablemente, solo abren al público 3 días al año. Para muchos, llegar y encontrarlas cerradas es motivo de pesadumbre, pero no lo será para ti gracias a este secreto: la Galería Do Loreto, compuesta por 3 kilómetros de recorrido, sí está disponible todo el año. Y, si quieres hacerte una idea de lo que el terremoto de Lisboa supuso para la ciudad, adéntrate en las ruinas del convento do Carmo. Se conserva exactamente igual que en 1755 y supone una experiencia que deja sin palabras hasta a los más instruidos en menesteres tales.

La oferta cultural tampoco decepciona al visitante. Incluye en tu itinerario visitas al Museo del Azulejo, Museo Berardo (gratis, por cierto), el museo de arte contemporáneo MAAT y la Casa-Museo del célebre escritor lisboeta José Saramago y no te arrepentirás. Dedica al menos una de tus noches en la ciudad a tomar una copa y bailar hasta el amanecer en el LUX-Fragil, el sofisticado club situado junto al río que es propiedad de John Malkovich.

Miradores de Lisboa imprescindibles

Desde las páginas de turismo oficiales de la ciudad contabilizan un total de 16 miradores. Evidentemente, todos ellos ofrecen vistas magníficas, pero tienen el problema de que suelen estar repletos de turistas. Solo basta mencionar el Elevador de Santa Justa, una auténtica obra de arte de principios del siglo XX pero que, para poder subir a él, te exigirá malgastar un par de horas de cola.

Sin embargo, en Lisboa hay más de 100 miradores alternativos. Muchos de ellos son incluso más espectaculares que los oficiales. Se nos ocurre, como ejemplo, mencionarte el mirador de Quinto Andar. El único problema es que se ubica en una casa privada, pero puedes solicitar una visita previa para acceder a él. Además, en algunos momentos del año, este espacio se convierte en uno de los apartamentos de Lisboa más cotizados.

La gastronomía lisboeta

El pescado es el ingrediente estrella de la gastronomía de Lisboa. En concreto, el bacalao es la auténtica especialidad, sin restar protagonismo a la sardina. Lo podrás encontrar cocinado en salsa, a la plancha, en cremas, en croquetas… ¡hasta preparan pasteles de bacalao! Nuestro consejo es que pruebes el bacalao „à gomes de sá“: se presenta cubierto de una capa de cebolla y patata y se acompaña de aceitunas y huevo. ¡Te vas a chupar los dedos!

El „arroz com polvo“ (arroz con pulpo) es otra de las especialidades lisboetas que debes acompañar siempre con un „vinho verde“. La „calderada de peixe“ (caldereta de pescado), la „cataplana de peixe y mariscos“ (estofado al vapor de pescado y marisco) y la „açorda de marisco“ (sopa de marisco con pan y ajo) son otros platos que te cautivarán. ¡Ojo! A los habitantes de Lisboa les encanta el cilantro, una hierba aromática con un sabor muy peculiar. Si no te agrada, recuérdaselo al camarero del restaurante cuando pidas los platos.

Pero Lisboa también permite degustar excelentes platos de carne. El más famoso de todos es el „frango à piri-piri“ (pollo piri-piri). Se trata de una pechuga cocinada a la barbacoa embadurnada con chile que pica bastante. Menos conocidas pero igual de deliciosas son las „favas à portuguesa“ (habas tiernas con costilla de cerdo y morcilla), un plato típico del invierno. Tampoco podemos pasar por alto los quesos portugueses, siendo los más tradicionales los de cabra y de oveja. El „queijo da Serra“ es un auténtico placer para los sentidos.

¿Dónde comer en Lisboa?

Pero ¿dónde conviene saborear estas exquisiteces? Si quieres probar un poco de todo, dirígete al Mercado da Ribeira, ubicado en la zona de Cais do Sodré y que está repleto de pequeños puestos enfocados a determinados platos concretos. En cambio, si buscas algo más selecto para tu paladar gourmet, busca en Bairro Alto el 100 Maneiras del chef Ljubomir Stanisic. En esta zona también se ubica la famosa Cervejaria Trindade, instalada en el interior de un monasterio del siglo XIII.

Pero, si lo que te apasionan son los dulces, visita la Antiga Confeitaria de Belém. Aquí venden los que, probablemente, son los mejores pasteles de Belém, el dulce más característico de la ciudad. Puedes tomarlos allí mismo acompañado de un café o llevarte una caja repleta de estas delicias de nata y canela a casa. Tampoco pierdas la ocasión de visitar la Pastelería Piriquita de Sintra para probar las exquisitas „quejadas“ de este lugar plagado de castillos y mansiones decadentes que parecen sacados de un cuento de hadas. De hecho, desde aquí te invitamos a que busques hoteles en Sintra para pasar, al menos, un día disfrutando de los rincones más espectaculares.

Lo mejor de todo es que Lisboa no es una ciudad para nada cara. De hecho, en Bairro Alto y Chiado abundan los bares en los que tomar una cerveza o un refresco por poco más de un euro. Respecto a la comida, un restaurante con buena relación calidad-precio te puede permitir saborear un menú completo por, aproximadamente, 10 €. Y la oferta de hoteles y apartamentos en Lisboa también es muy variada y permisible para todos los bolsillos.

El fado portugués en Lisboa

El fado es a Lisboa lo que el flamenco a España: un género musical tradicional extremadamente rico y versátil capaz de cautivar tanto a los más melómanos como a los aficionados memos experimentados. Esto ha favorecido que multitud de locales, amparados en la excelente situación turística de la que goza la ciudad, hayan aprovechado la ocasión para presentar espectáculos de fado enfocados a viajeros que no son fieles a la realidad.

Sin embargo, al igual que en España siguen existiendo tablaos flamencos en los que disfrutar de espectáculos puros, en Lisboa también hay casas de fado auténticas. Generalmente, estas incluyen, además del show, la cena o el almuerzo. El barrio más popular para encontrarlas es Alfama. En él, te recomendamos hacer parada en el Clube de Fado, ubicado junto a la catedral y cerca de Baixa. La Taverna do Embuçado y la Parreirinha de Alfama son excelentes alternativas también.

Más allá de la línea 28 del tranvía

El tranvía es símbolo por excelencia de Lisboa. En este servicio de transporte, la línea 28 es la más popular y concurrida. Consta de un único vagón y su recorrido supera los 10 kilómetros, que atraviesan los principales barrios de la ciudad. Sin duda, una opción perfecta para echar un primer contacto de la capital. No obstante, casi todo el mundo tiene la misma idea y, por ello, subir a él resulta complicado. Si lo consigues, puede que te sientas como en una lata de sardinas, otra de las cosas más típicas de la ciudad…

Pero ¿hay alternativas? La línea 25 está mucho menos concurrida que la 28 y realiza un recorrido similar. De hecho, pasa por la basílica da Estrela, la Casa dos Bicos, Madragoa, Lapa… otros de los enclaves ineludibles de la capital lusa. Por su parte, la línea 15 te llevará cómodamente hasta la Torre de Belém y la línea 18 hasta el Palácio Nacional da Ajuda y la Praça do Comérçio, una de los espacios públicos más resplandecientes de Lisboa.

Otros medios de transporte en Lisboa

Lisboa, más allá del tranvía que atraviesa su centro histórico y sus principales barrios, cuenta con una amplia red de autobuses urbanos. Sin embargo, el tráfico suele ser bastante denso, por lo que resulta más conveniente desplazarse en tren o en metro. Ambos servicios son solventes y confiables y dirigen a los principales puntos de interés de la capital de Portugal y sus alrededores.

Características de los barrios de Lisboa para buscar alojamiento

No todos los barrios son igual de idóneos a la hora de buscar hoteles en Lisboa. Por ejemplo, si quieres sumergirte en mitad del ambiente festivo y de ocio nocturno de la ciudad, lo mejor es que busques uno en Bairro Alto o en Chiado. En cambio, si prefieres algo más tranquilo, tu mejor opción es Belém. Alfama también posee un ambiente más relajado, melancólico y bohemio, pero está en el punto más alto de la urbe y, para llegar hasta allí, tendrás que subir varias cuestas, lo que por otra parte suele resultar una constante en Lisboa. Además, muchas de sus calles están cortadas al tráfico por su carácter histórico y residencial.

¿Cuándo visitar Lisboa?

El clima no es un impedimento a la hora de planificar un viaje a Lisboa. Ten en cuenta que la temperatura habitual es bastante templada durante todo el año. Además, la cercanía de la ciudad con la frontera española lo convierte en un destino ideal para una escapada de fin de semana inolvidable.

Si te apetece dedicar una parte de tu viaje a conocer las emblemáticas playas de Cascais o Caparica, entonces escoge el verano. En cambio, si lo tuyo son los monumentos, la historia y el ambiente, probablemente sea mejor esperar al otoño o la primavera. Invierno, cuando la afluencia de turistas es menor, también es una época maravillosa para explorar la ciudad, sobre todo, durante la Navidad.

No importa el número de veces que visites Lisboa. La capital de Portugal es una ciudad única capaz de sorprenderte en cada ocasión. Por ello, tanto si ya la conoces como si no, te invitamos a reservar tu hotel en Lisboa lo antes posible para empezar a planificar con esmero tu itinerario de viaje. Oportunidades como esta no se presentan todos los días.